Un organismo tiene un estado de salud óptimo cuando el conjunto de actividades metabólicas de los órganos y funciones corporales están en equilibrio.
Las diferentes actividades metabólicas que realizan nuestras células generan sustancias de desechos que son liberados en forma natural por las diferentes vías de eliminación (riñones, intestinos, piel y pulmones), pero cuando estas sustancias sobrepasan la capacidad de eliminación, aumentan la cantidad de toxinas y estas se acumulan, lo que puede llevar a ocasionar procesos de acidificación, y con ello la aparición de diferentes enfermedades.
En vista de esto, podemos decir que
la salud de un individuo depende de la capacidad del organismo para eliminar los residuos tóxicos
tanto de origen interno como externo. En general, solemos estar desequilibrados en nuestros hábitos de salud -la alimentación, ejercicio, meditación etc.-, esto puede conducir a aparición de signos que nos indique que debemos hacer una depuración.
La depuración del organismo es una de las primeras acciones que deberíamos tomar cuando nos planteamos el tratamiento de cualquier patología. Es más eficaz empezar limpiando los desechos.
Síntomas de por qué debes hacer una depuración digestiva:
- Sensación de cansancio y fatiga
- Síntomas digestivos tales como: vientre hinchado, gases, pesadez, náuseas, estreñimiento, malas digestiones
- Mal aliento
- Caída del cabello
- Pérdida de apetito
- Mala circulación, retención de líquidos
- Depresión, cambios de humor
- Uñas quebradizas
- Desequilibrios hormonales
- Dificultad para conciliar el sueño
- Problemas de piel: acné, eczema, sequedad, prurito
- Aparición de diferentes enfermedades graves
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