Germinar tus propias semillas es muy fácil, solo necesitas conocer algunos trucos para tener éxito. Una vez que los obtienes disfruta de su frescura, lo nutritivos que son y de las diferentes propiedades que aportan a tu salud.
- Elige semillas de calidad: ecológicas y especiales para el cultivo de germinados.
¿Por qué recomiendo esto?
Empezamos porque las semillas son una parte viva de la planta, son la forma en que se reproducen, en la que salen nuevas plantitas.
¿Qué sucede si las semillas son viejas o no han sido almacenadas adecuadamente? Pues que pierden viabilidad reproductiva, lo que significa que habrá un alto porcentaje que no estén vivas y al final no germinen.
¿Y por qué ecológicas?
Las semillas a nivel comercial normalmente son tratadas para su conservación. Por lo que, para germinados, son mejores las semillas ecológicas, porque así evitamos los posibles residuos de sustancias químicas no deseadas.
- Limpia con abundante agua las semillas, así como lava y desinfecta los recipientes o germinadores
¿Y esto por qué?
La humedad, la materia orgánica y la temperatura son los tres elementos necesarios para el desarrollo de microorganismos. pues esto lo tenemos en los germinadores, por lo cual intentaremos llevar la menor carga posible de microorganismos (principalmente hongos) que pueden desarrollarse en el proceso de germinación y afectar las pequeñas plántulas.
- Utiliza el método de germinación más óptimo para el tipo de semilla: dependiendo del tipo de semillas hay un tipo de germinador para cada una de ellas, así para semillas mucilaginosas, debemos usar un germinador que permita que las semillas queden extendidas evitando la aparición de hongos. El resto de las semillas (no mucilaginosas) se puede utilizar cualquier método de germinación (tarros, bolsas de germinación, platos de germinación, germinador eléctrico).
- Mantén la humedad adecuada observando que las semillas no estén ni secas ni saturadas de agua
las semillas requieren humedad para germinar, pero un exceso favorece la proliferación de hongos.
el proceso de germinación de las plantas es bastante complejo y rápido, comienza con una absorción de agua, proceso llamado imbibición, pero a la vez de absorber agua también necesitan el oxígeno que está en el aire, por lo cual la condición es que puedan absorber agua pero que estén en contacto directo con el aire también… Esta es la condición ideal. las enfermedades fungosas aparecen cuando la humedad en el entorno de las semillas es muy alta o hay saturación y falta de oxígeno,
- Manténlas en una temperatura en la que no les dé ni mucho calor ni mucho frío:
las semillas requieren de una temperatura óptima para su germinación, si hace mucho frío la germinación es lenta o casi no germinan, si hace mucho calor, puede proliferar hongos o deshidratarse las semillas.
dependiendo del tipo de semillas tienen un optimo de temperatura al cual germinan mejor, no obstante como regla general, si nosotros estamos comodos ellas tambien, quiere decir que en invierno las colocaremos en el lugar más cálido de la casa y en el verano en donde corra la brisa.
- Manténlas tapadas sin luz hasta que empiecen a emerger las primeras hojitas
Al inicio de la germinación las semillas no deben estar expuesta a la luz, una vez que emergen las primeras hojitas, es necesario que lleven un poco de luz (no sol directo) y así las hojitas puedan hacer fotosíntesis y dar ese colorcito verde a las hojas que deben a las divas de la naturaleza “Las clorofilas”