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👩‍🌾 Mi experiencia con mi jardín comestible

Tanto tú como yo que estamos en este camino de la alimentación saludable ya venimos haciendo cambios en nuestros hábitos, no solo en lo que comemos y cómo, sino también en la manera en que consumimos, pensamos y actuamos. Ya nos hemos estado planteando y tomando consciencia en el deseo de vivir una vida más plena, feliz, larga y saludable, al mismo tiempo siendo conscientes de nuestra huella en el planeta 🌍

Pero está claro que desde el inicio de la pandemia el cambio a nivel global ha sido aún mayor. El cambio de mentalidad que está surgiendo por la pandemia está influyendo en nuestros hábitos de alimentación, de consumo, de vida en general. Y así, más personas están buscando hacer senderismo, actividades al aire libre, reconectar con la naturaleza, así como ¡cultivar tus propios alimentos! 👩‍🌾

Yo también he sido una de estas personas, y justamente el 14 de marzo de 2020, hace ya casi un año, tomé la decisión de por fin tener mi propio jardín comestible en casa aun viviendo en la ciudad. Verás, desde que vivo en Tenerife he querido tener mi propio jardín comestible, pero viviendo en la ciudad siempre lo había encontrado complicado. Así, me estaba esperando a por fin mudarme a una casa, donde tener mi espacio para tener mi propio jardín comestible 🍓🍆🥬🌶🍅🥕🍠

Pero la pandemia me hizo darme cuenta de que no hay tiempo que esperar, el momento es ahora, y así es como con el apoyo y experiencia de mi marido (ambos somos ingenieros agrónomos), montamos mi jardín comestible en la azotea del edificio donde vivimos 😍

Hace un año que estoy comiendo a diario de mi huertito. Subo todos los días a cosechar para mis zumos, mis ensaladas, ¡mis comidas en general! Y es un verdadero lujo 🤗 Es que, tener un jardín comestible es una terapia de sanación, porque te da alimento no solo para el cuerpo, sino también para el alma, para el bienestar emocional.

Cosechar en mi huerto es:

🍃 Sentir el olor de los aceites esenciales cuando corto el romero, el tomillo fresco

🍅 Degustar el tomatito dulce, ácido, fresco, jugoso

🍓 Saborear una fresa con su dulzor, sabor turgente, maduro, exquisito 

🥬 Consumir hojas de lechuga turgentes, frescas, verdes

🍋 Saborear el kumquat recién cosechado y sentir el aceite esencial del limoneno que me traslada a lugares de mi niñez

🦋 Disfrutar las mariposas revoloteando por el jardín

🐝 Conectar con las abejitas y avispas que más lejos de hacerme daño, cuidan y polinizan mis plantitas 

🌻 Disfrutar de las flores que adornan mi maravilloso jardín

Así, es que generando estos sentimientos de bienestar y felicidad, conectándonos con ellos, también estamos transmitiendo esos sentimientos a nuestras comidas, y esa energía poderosa se convierte en salud.

Es por esto, que quiero compartir esta maravillosa oportunidad de conectarte con las plantas con el espacio que tengas en tu casa, por pequeño que sea. Así, te quiero invitar a este taller que daremos mi marido Luis y yo este domingo 14 de marzo compartiendo nuestra experiencia: pautas, herramientas y recomendaciones básicas para que puedas empezar tu propio jardín comestible.

Si te resuena, vibras con nuestra historia y tú también quieres un jardín comestible en tu casa, escríbeme y te doy más información del taller 🤗

Te abrazo y deseo salud,

Zule 💚

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